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La inflación de Japón se modera: cambios económicos en marzo de 2024

Vistazo rápido:

  • Aumento del IPC en marzo: El índice subyacente de precios al consumidor aumentó un 2,6% año tras año, por debajo del 2,8% de febrero.
  • Variabilidad del sector: la inflación de los alimentos procesados ​​se desaceleró al 4,6%; Los precios de los servicios aumentaron sólo un 2,1%.
  • Perspectivas del BOJ: Se prevé que mantendrá la política actual, con una posible subida de tipos prevista para octubre.

En marzo, el índice de precios al consumidor ( IPC ) subyacente, que excluye los precios de los alimentos frescos, aumentó un 2,6% año tras año. Esto supone una ligera disminución con respecto al 2,8% registrado en febrero y queda por debajo de la previsión de consenso del 2,7%. Más revelador es que una medida más amplia de la inflación, que también excluye los costos de la energía, cayó por debajo del 3% por primera vez desde noviembre de 2022, registrando un aumento del 2,9%. Esta cifra no sólo cayó por debajo de la predicción del 3% sino que también sugiere una tendencia de enfriamiento que podría influir en las próximas decisiones del banco central.

A pesar de esta moderación, la inflación ha superado sistemáticamente el objetivo del 2% del Banco de Japón (BOJ) durante dos años consecutivos. Este patrón refuerza la probabilidad de que continúe la normalización de las políticas si la tendencia persiste. Se espera ampliamente que el BOJ mantenga su política actual en la próxima reunión de abril. Esto se produce tras una importante subida de tipos en marzo, la primera en 17 años.

Impactos sectoriales diversos: alimentos procesados ​​con un 4,6 % y servicios con un 2,1 %

El informe destacó diferentes presiones inflacionarias en diferentes sectores. En particular, la tasa de aumento de los precios de los alimentos procesados ​​se desaceleró hasta el 4,6%, lo que contribuyó a la moderación general de la inflación. Sin embargo, el número de productos alimenticios que experimentaron aumentos de precios en marzo cayó casi un 20% interanual, con expectativas de un fuerte aumento en abril. Esta fluctuación de los precios de los alimentos, en medio de un yen débil y posibles aumentos de los precios del petróleo debido a las incertidumbres geopolíticas en el Medio Oriente, presenta un riesgo de renovadas presiones inflacionarias.

Los precios de los servicios, a menudo considerados un indicador de las tendencias inflacionarias subyacentes, aumentaron un modesto 2,1%. Esta desaceleración, particularmente si cae por debajo de la marca del 2%, podría generar preocupaciones en el BOJ sobre la amplitud de las presiones inflacionarias en toda la economía. Mientras tanto, las recientes negociaciones salariales han dado lugar a aumentos mayores de lo esperado, lo que podría respaldar el crecimiento de los salarios reales y estimular una mayor inflación impulsada por la demanda.

Perspectivas políticas del BOJ: pronósticos de inflación y perspectivas de subida de tipos

De cara al futuro, el BOJ está dispuesto a revisar sus proyecciones de inflación. Los analistas de mercado están particularmente interesados ​​en estas actualizaciones, ya que podrían indicar el momento de futuras subidas de tipos. Actualmente, alrededor del 41% de los economistas predicen que el próximo aumento de tasas podría ocurrir ya en octubre, influenciado por factores como la depreciación del yen y el aumento de los costos de las materias primas.

El optimismo del banco central es evidente en sus planes de elevar el pronóstico de inflación de este año fiscal al 2,6% y proyectar una inflación del 2% a partir de abril de 2026. Sin embargo, el prolongado período de alta inflación de Japón, impulsado por un yen débil y el aumento de los precios de las materias primas, indica que El Banco de Japón podría tener que modificar su postura más a menudo.

Mientras Japón navega por esta compleja dinámica económica, las próximas decisiones del BOJ serán cruciales para dar forma al panorama de política monetaria del país. Las partes interesadas, incluidos los responsables políticos, las empresas y los consumidores, están siguiendo de cerca la situación. Son plenamente conscientes de que el delicado equilibrio entre promover el crecimiento y contener la inflación es más precario que nunca.



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