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¿Qué son los mercados emergentes mundiales?

Los mercados globales emergentes describen los mercados de un gran número de países de todo el mundo. Son mercados que ofrecen grandes oportunidades en las próximas décadas y que los analistas esperan que crezcan de forma significativa. Ejemplos significativos de mercados emergentes son Brasil, Sudáfrica, México y China, entre otros.

Los más destacados serían los países BRICS, considerados por los analistas como algunos de los mercados emergentes más prometedores del mundo. Durante muchos años ocuparon los primeros puestos en las clasificaciones de las economías de mayor crecimiento. Estos países tenían abundantes recursos, buenas tendencias demográficas y bajos costes laborales. El auge de las materias primas en todo el mundo hizo que les fuera especialmente bien. En la actualidad, esta agrupación de países no es tan prominente como solía ser. Sin embargo, es probable que, individualmente, estos países sigan ofreciendo un alto crecimiento en los próximos años.

Se trata de países que antes eran de renta baja y ahora son economías de renta media y potencialmente alta. Las razones por las que estos países pueden no haberse convertido hasta ahora en países de renta alta son numerosas. Puede deberse a los efectos del colonialismo, al inicio tardío del proceso de industrialización o a experimentos económicos que no funcionaron (como el Bloque del Este). A menudo se trata de economías recientemente no industriales y agrícolas que están en proceso de industrialización. Y lo que es más importante, los mercados emergentes de los que suelen hablar los analistas muestran un gran potencial en el futuro y podrían ser algunos de los centros de comercio más importantes del mundo. Con el tiempo, veremos cómo afecta el comercio a estos mercados emergentes mundiales.

El proceso de desarrollo de los mercados emergentes

A medida que los mercados emergentes desarrollan sus economías, experimentan una gran variedad de cambios. Con el tiempo, se produce una mayor integración con la economía mundial. Por tanto, los vínculos financieros con el exterior serán mayores. Esto podría traducirse en un aumento de la liquidez en la deuda local, así como en los mercados locales de renta variable, además de un mayor volumen de intercambios comerciales. También es probable que aumente significativamente la inversión extranjera en el país.

Los inversores en países que ya tienen ingresos elevados siempre están buscando nuevas oportunidades de inversión. Debido a su rápido crecimiento potencial, las economías en desarrollo ofrecen algunas de las mayores oportunidades de inversión. Los rendimientos que pueden recibir pueden ser considerables. Sin embargo, estas inversiones suelen entrañar un riesgo, ya que el desarrollo de los países no suele ser un proceso lineal.

Señales positivas en los mercados emergentes

Cuando un inversor se plantea colocar sus fondos en un mercado emergente, hay algunas cosas que puede vigilar para asegurarse de que sus inversiones son seguras. A pesar de que estos mercados no han desarrollado suficientemente algunas instituciones, los elementos básicos deberían estar ahí. Deben contar con la infraestructura básica para las finanzas. Esto incluye una moneda única establecida por ellos, bancos locales y una bolsa de valores. Todo esto es una buena base para construir instituciones avanzadas con el tiempo, por lo que los inversores deberían sentirse tranquilos si están presentes. Con las reformas adecuadas, en el futuro podrían ser como los países de renta alta.

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A medida que avanzan hacia la industrialización de su economía, el gobierno debería guiar al país a través de reformas específicas. Si todo va bien, elaborarían estrategias para hacer crecer sus economías de varias maneras. Podrían intentar fomentar el crecimiento de las industrias locales por una vía más proteccionista, invirtiendo en ellas y defendiéndolas de la competencia exterior. Alternativamente, podrían centrarse en garantizar el crecimiento apostando por las exportaciones. Esto les abriría más a los mercados mundiales y podría hacer que sus propias industrias fueran más competitivas al tener que superar a las empresas extranjeras. Es más probable que los mercados emergentes se centren en esta segunda estrategia, ya que les hace estar más interconectados con el comercio mundial.

Inestabilidad en el desarrollo

Los mercados emergentes suelen ser inestables por diversas razones. Puede haber problemas políticos y volatilidad de la moneda. Los inversores pueden entonces sentirse especialmente reacios a invertir en empresas de propiedad estatal (que a menudo existen en los mercados emergentes), que podrían sufrir una gran inestabilidad a causa de los acontecimientos mencionados. También puede darse el caso de que las bolsas de esos países no se hayan desarrollado lo suficiente como para ofrecer a los inversores extranjeros mercados líquidos.

Los inversores también pueden verse desalentados por el escaso desarrollo de las instituciones de mercado, lo que significa que sus mercados tienden a ser ineficientes. También suele haber una falta de regulación. Esto puede dar lugar a inexactitudes en la contabilidad, lo que hace que las inversiones sean arriesgadas. No obstante, hay que señalar que la falta de regulación también podría fomentar el crecimiento de una economía, ya que hay menos restricciones para las empresas. Por lo tanto, la falta de regulación podría atraer a los inversores. En definitiva, todo depende de la situación específica del país.

La trampa de la renta media

Uno de los peligros para los mercados emergentes es caer en la trampa de la renta media. En esta situación, estos mercados emergentes no podrán alcanzar todo su potencial y competir con los países de mayor renta del mundo, como Japón o Estados Unidos. Estos países han alcanzado el límite de su competitividad en la fabricación de bienes de bajo valor a medida que aumentan los salarios. Estas industrias manufactureras les habrían dado inicialmente un impulso al aumentar sus ingresos. El problema es que entonces no son tan capaces de pasar a competir en industrias más complejas, como la tecnología, con economías más avanzadas. Estos países pueden acabar viviendo en el limbo durante décadas, con unos salarios que aumentan con relativa lentitud. Ejemplos de estos países son Sudáfrica y Brasil.

Con toda esta incertidumbre, si alguien no está acostumbrado a un mercado emergente concreto y quiere que sus inversiones estén seguras, hay otras opciones. Puede agrupar su inversión con la de otros en un fondo de mercados emergentes. Estos fondos ofrecen una gran oportunidad a los inversores de contar con asesoramiento profesional a la hora de invertir en estos mercados para tomar las decisiones de inversión correctas. Los fondos también tienden a reducir el riesgo porque los gestores diversifican las inversiones. Agrupar el dinero también permite invertir en áreas a las que los inversores solitarios a menudo no pueden llegar.

Todavía hay mucha expectación sobre los caminos que podrían tomar los mercados emergentes. Nadie puede asegurar qué mercados emergentes llegarán a la cima, pero lo que es seguro es que tienen un gran potencial. En las próximas décadas, es probable que la lista Fortune Global 500 incluya cada vez más empresas de estos mercados emergentes. Este será uno de los principales signos del cambio que se producirá en el comercio mundial.



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