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El caos de OpenAI y el futuro de ChatGPT

El viernes 17 de noviembre, la junta directiva de OpenAI, fabricante de ChatGPT, despidió por sorpresa a su jefe, Sam Altman. La medida ha sembrado el caos en la empresa y quizás en la futura dirección del desarrollo de la IA. La razón dada para su destitución se publicó en un blog diciendo que no había sido «consistentemente sincero en sus comunicaciones». Aunque la junta todavía no ha explicado en qué no había sido sincero.

Pero, ¿quién es Sam Altman? Asistió a la prestigiosa Universidad de Stanford, donde estudió informática antes de abandonar finalmente para perseguir sus aspiraciones empresariales. En 2014, Altman se convirtió en presidente de Y Combinator, un programa acelerador y fondo semilla que ha desempeñado un papel fundamental en el éxito de numerosas startups. Bajo el liderazgo de Altman, Y Combinator amplió sus operaciones, financiando y asesorando a cientos de empresas en fase inicial.

La visión de Altman era crear un entorno en el que los emprendedores pudieran recibir la orientación, los recursos y el apoyo necesarios para convertir sus ideas en negocios de éxito. A través de Y Combinator, Altman ha permitido a innumerables emprendedores hacer realidad sus visiones y ha desempeñado un papel clave en el fomento de la innovación en Silicon Valley.

Más allá de su trabajo con Y Combinator y OpenAI, Altman se ha hecho un nombre como inversor astuto. Ha respaldado varias startups de éxito, como Airbnb, Reddit y Stripe, que han revolucionado sus respectivos sectores. La capacidad de Altman para identificar empresas prometedoras y proporcionarles el respaldo financiero y la orientación que necesitan para prosperar le ha convertido en una figura respetada en la comunidad de las startups. Sus inversiones no solo han generado rendimientos impresionantes, sino que también han contribuido al crecimiento general y al dinamismo de Silicon Valley.

Al mismo tiempo que Sam Altman fue destituido, Greg Brockman, cofundador y presidente de la empresa, fue destituido como presidente aunque no despedido. Pocas horas después de la destitución, Brockman dimitió en apoyo de Altman. Tras los rumores del fin de semana sobre el regreso de Altman, el lunes ambos fueron contratados por Microsoft para dirigir una nueva división de investigación.

Microsoft ha invertido 13.000 millones de dólares en OpenAI y posee una participación del 49% en la empresa, dada su participación, sorprendió que sólo se les informara minutos antes de que se anunciara públicamente el despido. En un primer momento, Satya Nadella CEO de Microsoft dijo que «Microsoft seguía comprometida con su asociación con OpenAI a pesar de que Altman ya no estaría al frente de la compañía». Aunque a las 24 horas ya estaban trabajando con otros para reincorporarlo.

Según muchos informes, el 20 de noviembre 650 de los 700 empleados de OpenAI amenazaron con dimitir de la empresa y unirse a Altman y Brockman en Microsoft, si Altman no era readmitido. En una carta a la junta de OpenAI, los empleados afirman que «Microsoft nos ha asegurado que hay puestos para todos los empleados de OpenAI en esta nueva filial si decidimos unirnos a ella.» Tal vez resulte sorprendente que entre los firmantes esté Ilya Sutskever, científico jefe de OpenAI, de quien se cree que lideró el movimiento para destituir a Altman, pero que desde entonces ha dicho que «lamenta profundamente» haber participado en la decisión de la junta. Mira Murati, miembro del consejo de administración y nombrada consejera delegada interina tras la destitución del viernes, también habría firmado la carta.

Por un lado, la contratación de Altman y Brockman y la aparente capacidad de encontrar 650 personas con experiencia para trabajar en la nueva rama de investigación es un regalo del cielo para Microsoft. Sin embargo, aunque Nadella ha declarado que no va a abandonar OpenAI, si se hace cargo de las 650 personas, el futuro de OpenAI seguramente estará en duda y la inversión de 13.000 millones de dólares de Microsoft podría desaparecer.

Aunque no se ha dado ninguna explicación real sobre el despido, parece que la razón más probable son los antiguos desacuerdos sobre la seguridad del desarrollo de la IA. Un bando está muy preocupado por los peligros potenciales para la humanidad en el futuro desarrollo sin restricciones de la IA y el otro bando ve las ventajas potenciales y los beneficios que los futuros desarrollos pueden aportar.

Aún no está claro cuál será el impacto de los últimos días en la industria de la IA en general, pero Altman ha desempeñado un papel decisivo en la introducción de nuevos productos en el mercado y en asegurar la posición de OpenAI como líder en este campo. En caso de que la atención se centre más en la seguridad, el desarrollo futuro de OpenAI se ralentizará, lo que podría permitir a sus rivales ponerse al día.

En conclusión, es imposible predecir el futuro de OpenAI. Pero, acertado o no, el despido parece haber sido mal gestionado, incluso mal concebido, y ha dejado a OpenAI en una posición precaria. Con unos inversores descontentos por la eliminación de la pieza clave, junto con una preocupación real por su participación, y la posibilidad de que se produzcan deserciones masivas hacia Altman y Microsoft. Las próximas semanas, quizás días, serán cruciales en el próximo capítulo del futuro de OpenAI.

  • ACTUALIZACIÓN:

Tras unos días caóticos y turbulentos, el miércoles Sam Altman fue restituido como consejero delegado junto con una nueva junta inicial. Su regreso sugiere una nueva era para OpenAI y ChatGPT, quizás con un mayor énfasis en el desarrollo de nuevos modelos comerciales. También parece que Microsoft tendrá más peso en la dirección futura de la empresa, con la posibilidad de tener un puesto en el consejo.

Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft, declaró en Twitter.

«Creemos que este es un primer paso esencial en el camino hacia una gobernanza más estable, bien informada y eficaz».



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