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La política exterior de China se está volviendo pragmática por el bien de la economía

China está tomando medidas para aumentar sus perspectivas como país abierto a los negocios, la inversión y la innovación.

Al mantener a Gang y al veterano Liu Kun al frente del Banco Popular de China y del Ministerio de Finanzas, Pekín subraya la importancia de la estabilidad y la coherencia en sus políticas económicas.

Los líderes europeos recibidos por Pekín, entre ellos el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la canciller alemana, reafirmaron el objetivo de China de restablecer lazos diplomáticos estables con las potencias occidentales.

La reunión entre el Presidente y el Primer Ministro de Australia en noviembre del año pasado promovió el desarrollo de relaciones comerciales y diplomáticas normales entre sus países.

A medida que la economía china recupere su antigua pujanza, la comunidad internacional debe confiar en que la renovada fuerza de Pekín se mantendrá en la expansión económica.

Además de cuestiones estructurales como el estancamiento del crecimiento de la productividad, la aguda situación demográfica y la elevada e improductiva carga de la deuda que soportan las empresas estatales provinciales y locales, China debe abordar también a los socios de la sala: la incertidumbre generalizada sobre sus prioridades y dirección geopolíticas.

Dado que tales preocupaciones afectan a la actitud de China ante la inversión extranjera, existen varios mecanismos que la administración de la política exterior de Pekín debería adoptar para promover la reactivación de la situación económica del país, fortalecer a las empresas nacionales y domésticas rezagadas y hacer realidad el objetivo común.

En primer lugar, supongamos que las relaciones económicas con Europa han de reforzarse de verdad. En ese caso, China debe reconocer que las necesidades económicas, los principios compartidos y los valores rigen la UE. La expansión del comercio con las economías europeas requiere que China modere sus acciones amenazadoras y su voluntad de apaciguar a países que considera hostiles a sus crecientes intereses fundamentales.

China también debería ser más constructiva a la hora de trabajar con Europa para abordar los retos de Ucrania.

La política exterior pragmática de China: implicaciones para las relaciones Irán-Arabia Saudita y la comunidad empresarial de Taiwán

El anuncio hecho este mes por Pekín de estabilizar las relaciones entre Irán y Arabia Saudí indica que China podría enmendar la antigua rivalidad entre ambas potencias. Aparte de su participación en la resolución del conflicto de Ucrania, Pekín también debe afrontar el reto de persuadir a los sectores empresarial y financiero mundiales sobre su postura amistosa hacia Taiwán.

En general, China debe seguir reduciendo su actitud beligerante y comprometerse a mostrarse más abierta a posibles inversores. Tras reunirse con el presidente estadounidense en Bali el pasado noviembre, la actitud positiva de los diplomáticos chinos demuestra que China puede crear mejores actitudes sobre sí misma.

En cuanto a la situación comercial y financiera, sólo se llegarán a acuerdos si las empresas creen en la estabilidad y en un futuro positivo. Si Pekín pretende progresar en sus esfuerzos económicos tras el cese de su enfoque de «cero-COVID», debe adoptar un enfoque práctico en política exterior.



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