Vistazo rápido:
- Disminución de la inversión extranjera: Los compradores extranjeros representaron solo el 35% de las compras de bienes raíces comerciales en el primer trimestre, el nivel más bajo desde 2013, en medio de una caída del 70% en los volúmenes de ventas desde los niveles previos a la pandemia.
- Estancamiento económico: la alta inflación, las subidas de tipos del BCE y los desafíos económicos han obstaculizado la financiación inmobiliaria, lo que ha provocado proyectos estancados y quiebras.
- Sentimiento de los inversores: Alemania se percibe como el mercado inmobiliario más desafiante de Europa.
Alemania , la mayor economía de Europa, está experimentando su peor crisis del mercado inmobiliario en una generación. Los inversores internacionales, que han sido fundamentales para el crecimiento del sector, están notablemente ausentes, lo que podría profundizar las cicatrices económicas. Los compradores extranjeros representaron sólo el 35% de las compras de bienes raíces comerciales en el primer trimestre. El más bajo desde 2013, en medio de una caída del 70% en los volúmenes de ventas desde los niveles prepandémicos. Esta retirada genera preocupaciones sobre la estabilidad económica de Alemania y revive recuerdos de su etiqueta de «hombre enfermo de Europa» de finales de los años 1990.
El declive de la inversión extranjera
El mercado inmobiliario alemán, que alguna vez fue un faro de estabilidad y crecimiento, ahora está luchando por atraer inversores extranjeros. Kurt Zech, un importante promotor inmobiliario alemán, subraya la importancia de la inversión internacional para la recuperación del mercado. Afirma que el regreso de inversores estadounidenses como Blackstone, BlackRock, Morgan Stanley, Carlyle y Apollo será una señal de que el mercado ha tocado fondo.
El sector inmobiliario de Alemania, que aporta 730.000 millones de euros anuales a la economía, prosperó gracias a las bajas tasas de interés, la energía asequible y las sólidas condiciones económicas. Sin embargo, la inflación rampante del Banco Central Europeo y las subsiguientes subidas de tipos han agotado la financiación inmobiliaria. Está provocando proyectos estancados y quiebras entre los principales promotores. El llamamiento de la industria a la intervención de Berlín pone de relieve la gravedad de la situación.
Estancamiento económico y sentimiento del mercado
Carsten Brzeski, economista jefe de ING en Alemania, señala las implicaciones económicas más amplias de las dificultades del mercado inmobiliario. Señala que Alemania, que alguna vez fue un destino atractivo para los inversores inmobiliarios, ya no es «la novedad brillante». El motor económico está fallando y requiere un mantenimiento importante. Este sentimiento se hizo eco en la reunión anual del sector inmobiliario en Cannes, Francia, donde el ambiente sobre Alemania era notablemente sombrío.
Simone Pozzato, directora general y gestora de fondos de Hines, destacó que el mercado inmobiliario alemán se considera el más desafiante de Europa. Un ejecutivo anónimo de un desarrollador europeo reveló planes para trasladar recursos de Alemania a mercados más prometedores como Gran Bretaña. Esta tendencia pone de relieve un cambio más amplio en la confianza de los inversores y pone de relieve los desafíos que enfrenta Alemania para recuperar su posición económica.
Retos estructurales y previsiones económicas
Varias cuestiones estructurales agravan las dificultades del mercado inmobiliario alemán. A diferencia de ciudades como Londres o París, el diseño urbano descentralizado de Alemania es un legado de su reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. En consecuencia, esto la hace menos atractiva para los inversores extranjeros que buscan centros globales. Además, Hela Hinrichs, analista senior de investigación de Jones Lang LaSalle, señala otro problema. Los participantes en el mercado internacional critican las devaluaciones relativamente menores de las propiedades alemanas. En comparación, otros países han sufrido caídas más significativas.
Entre estos males figuran los elevados costes energéticos, la débil demanda mundial y el perturbador cambio hacia economías de balance neto cero. Estos factores están poniendo a prueba la históricamente fuerte base industrial de Alemania, lo que lleva a algunos ejecutivos a advertir de un inminente crack económico. El Consejo Alemán de Expertos Económicos rebajó recientemente su previsión de crecimiento, y el Canciller Olaf Scholz reconoció los «retos sin precedentes» a los que se enfrenta la nación.
Los problemas del mercado inmobiliario, agravados por las ventas en dificultades de empresas como Signa y Vonovia, deprimieron aún más los precios. Además, estas ventas se realizan a menudo bajo coacción para pagar a los acreedores o reducir la deuda, lo que indica la tensión financiera del sector.
La retirada de los inversores internacionales del mercado inmobiliario alemán refleja incertidumbres económicas más amplias y retos estructurales. El camino hacia la recuperación sigue siendo incierto, ya que el país se enfrenta a elevados costes energéticos, obstáculos burocráticos y cambios en el panorama político. El rendimiento de la inversión extranjera será crucial para estabilizar el mercado y revitalizar el motor económico de Alemania.