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Estados Unidos promete contrarrestar el aumento de las exportaciones de China

Vistazo rápido

  • Yellen advierte a China sobre nuevas industrias amenazadas por las importaciones, haciéndose eco de las preocupaciones sobre el «shock chino».
  • No hay amenaza de nuevos aranceles, pero Estados Unidos pretende evitar el exceso de capacidad en sectores como los vehículos eléctricos y los paneles solares.
  • Se crea un foro entre Estados Unidos y China para abordar cuestiones comerciales; Se espera que las soluciones lleven tiempo.
  • China defiende su ventaja competitiva como impulsada por la innovación, no por subsidios.
  • Las conversaciones destacan la balanza comercial global, la innovación y las responsabilidades ambientales.

En un acontecimiento reciente que tiene a la comunidad comercial internacional en alerta máxima, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, emitió una severa advertencia a China . Al concluir cuatro días de intensas reuniones, su mensaje fue claro: Estados Unidos no se quedará impasible mientras nuevas industrias caen presa de la abrumadora ola de importaciones chinas. Esta declaración se produce en medio de crecientes tensiones por las políticas industriales de Beijing, que muchos en Occidente consideran agresivas y potencialmente desestabilizadoras para los mercados globales.

Los ecos del «shock chino»

Los comentarios de Yellen resucitaron recuerdos del «shock chino» de principios de la década de 2000, un período marcado por un aumento de las importaciones chinas que llevó a la pérdida de aproximadamente dos millones de empleos manufactureros estadounidenses. Durante una conferencia de prensa, Yellen subrayó el compromiso del presidente Joe Biden de evitar que se repita semejante agitación económica. A pesar de la postura firme, no llegó a amenazar con nuevos aranceles o medidas comerciales contra la expansión respaldada por el Estado de China en sectores como los vehículos eléctricos (EV), las baterías y los paneles solares.

La segunda visita del Secretario del Tesoro de Estados Unidos a China en nueve meses tuvo como principal objetivo abordar la cuestión de la sobreinversión por parte de Beijing. Según Yellen, esto ha resultado en una capacidad de producción que excede con creces las necesidades internas, lo que representa una amenaza significativa para las empresas estadounidenses y globales a través de una afluencia de exportaciones.

Una historia de exceso de capacidad e impacto global

Yellen trazó paralelismos entre la situación actual y los desafíos pasados ​​que enfrentó el sector siderúrgico estadounidense. Recordando cómo la producción de acero china apoyada por el estado alguna vez inundó el mercado, socavando industrias en todo el mundo. El recién creado foro de intercambio entre Estados Unidos y China se destacó como un paso para abordar estas preocupaciones. Aunque Yellen admitió que encontrar soluciones llevaría tiempo.

El diálogo con los funcionarios chinos fue calificado de fructífero. Está promoviendo los intereses estadounidenses y haciéndose eco de las preocupaciones compartidas por los aliados en Europa, Japón, México, Filipinas y otros mercados. En respuesta, el viceministro de Finanzas de China, Liao Min, afirmó que Beijing había respondido a las consultas de Estados Unidos sobre el exceso de capacidad, criticando las restricciones comerciales y de inversión impuestas por Washington.

Soluciones de futuro y discurso internacional

En medio de estas discusiones, China defiende su posición, argumentando que su ventaja competitiva proviene de la innovación, un sistema industrial integral y un vasto mercado, más que de los subsidios estatales únicamente. Los funcionarios chinos sostienen que las críticas occidentales pasan por alto estos factores y podrían obstaculizar los esfuerzos globales para cumplir los objetivos climáticos al limitar el acceso a soluciones de energía verde.

Las propuestas de Yellen para que China impulse la demanda de los consumidores y abandone las inversiones del lado de la oferta insinúan una búsqueda de puntos en común. Mientras tanto, las reglas del comercio global y el diálogo en curso entre funcionarios chinos y occidentales subrayan la complejidad de equilibrar los intereses económicos, la innovación y las responsabilidades ambientales.

Mientras la comunidad internacional observa de cerca, los resultados de estas discusiones podrían definir el futuro de la dinámica del comercio global, especialmente en el sector de la energía verde en rápida evolución. El camino a seguir sigue siendo incierto, pero lo que está en juego para las industrias y economías de todo el mundo nunca ha sido tan grande.



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