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Un faro de crecimiento para el desarrollo de Asia y el Pacífico

Vistazo rápido

  • Los países en desarrollo de Asia y el Pacífico, excluida China, deberían crecer un 4,6% en 2024.
  • Las exportaciones regionales de bienes experimentaron un giro positivo a finales de 2023 a pesar de los riesgos de política comercial.
  • El giro estratégico de China impacta a las economías vecinas, con posibles problemas de exceso de oferta.
  • El aumento de la deuda privada y los desafíos para impulsar la inversión privada ponen de relieve los riesgos económicos.
  • El crecimiento futuro puede depender de mejorar la productividad y sortear los shocks políticos y externos.

Mientras la economía mundial lucha con una dinámica fluctuante, los países en desarrollo de la región de Asia y el Pacífico, excluida China, están trazando un rumbo hacia un crecimiento sólido. En consecuencia, según un informe económico reciente del Banco Mundial, estas naciones están preparadas para expandirse un cuatro coma seis por ciento este año. Esta tasa supera el crecimiento del cuatro punto cuatro por ciento registrado en 2023. Además, este pronóstico prometedor se produce en un contexto de moderación de la economía de China al cuatro punto cinco por ciento desde el cinco punto dos por ciento del año anterior. Esta moderación subraya un pulso económico resiliente en la región en general.

Los vientos alisios cambian hacia horizontes positivos

La segunda mitad de 2023 marcó un punto de inflexión para las exportaciones regionales de bienes de los países en desarrollo de Asia, lo que generó esperanzas de una recuperación sostenida. En consecuencia, este colectivo, que incluye a China, Mongolia, Timor-Leste y los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), ha sido un centro vibrante para el comercio y la actividad económica. Sin embargo, el Banco Mundial advierte contra la fragilidad de esta recuperación. Destaca el riesgo potencial que plantean las políticas que distorsionan el comercio desde mercados de destino clave, incluidos Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur. Además, un aumento alarmante de este tipo de políticas (que casi se triplicaron desde 2019 hasta llegar a casi tres mil en 2023) amenaza con inclinar la balanza. Específicamente, podría favorecer a las empresas dentro de estas economías y potencialmente dejar de lado a sus competidores asiáticos.

Actos de equilibrio y obstáculos

En medio de los esfuerzos por rejuvenecer su economía, China enfrenta desafíos con su sector inmobiliario y su consumo interno debilitados. Un giro estratégico hacia la manufactura avanzada, con el objetivo de desviar la inversión de infraestructura y bienes raíces, corre el riesgo de crear capacidad de fabricación y desequilibrios en la demanda. Esto ha afectado especialmente a sectores como los vehículos eléctricos, donde los signos de exceso de oferta ya están afectando a países vecinos, como Tailandia. Los efectos dominó de esta dinámica son profundos: el Banco Mundial advierte que un resurgimiento inesperado de la inflación y tasas de interés más altas en Estados Unidos podrían reducir el crecimiento de la producción industrial de Asia en desarrollo en medio punto porcentual. Además, los shocks macroeconómicos originados en China podrían frenar aún más el crecimiento en cero coma tres puntos porcentuales.

El enigma de la inversión y el camino a seguir

Una tendencia preocupante destacada en el informe es el aumento de la deuda privada. Específicamente, la deuda corporativa en China y Vietnam ha aumentado en más de cuarenta puntos porcentuales del PIB desde 2010. En consecuencia, este aumento del endeudamiento, junto con el mantenimiento de la inversión privada por debajo de los niveles prepandémicos, pinta un panorama complejo para la estabilidad económica futura. Mientras tanto, la inversión pública ha intentado llenar el vacío en naciones como Vietnam y Filipinas. Sin embargo, la narrativa general exige un cambio para impulsar el crecimiento a través de mejoras de la productividad.

Además, el informe destaca la importancia de fomentar un entorno propicio a la competencia y la innovación entre las empresas privadas. Sin embargo, desafíos como el proteccionismo y las habilidades inadecuadas cobran gran importancia. Estos desafíos potencialmente obstaculizan la realización de esta visión. Por lo tanto, a medida que la región de Asia y el Pacífico sortea estas complejidades, el camino hacia un crecimiento económico sostenido requerirá sin duda un delicado equilibrio. Este equilibrio incluye la formulación de políticas estratégicas, la inversión en capital humano y el fomento de una cultura de innovación y resiliencia frente a las crisis externas.



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