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¿Qué es la deflación? ¿Y qué significa para la economía?

En tiempos de crisis financiera, a menudo oímos hablar de términos abstractos o desconocidos. Este puede ser el caso de la deflación de precios. Es lo contrario de otro concepto más conocido por el gran público: la inflación. Pero, ¿ cómo caracterizar la deflación y cuál es su impacto en la economía?

¿Qué es la deflación?

La deflación se refiere a un descenso sostenido y general del nivel general de precios de bienes y servicios en una economía durante un periodo de tiempo deflacionista. Es lo contrario de la inflación, caracterizada por una subida de los precios.

En un entorno deflacionista, el poder adquisitivo del dinero aumenta porque la misma cantidad de moneda puede comprar más bienes y servicios. Esto puede ocurrir debido a diversos factores, como:

  • Disminución de la demanda: Cuando disminuye la demanda global de bienes y servicios de una economía, las empresas pueden bajar sus precios para atraer clientes. Esta reducción de la demanda puede deberse a la debilidad del gasto de los consumidores, a un descenso de la inversión o a una contracción de la oferta monetaria.
  • Avances tecnológicos: Los avances tecnológicos y las mejoras de la productividad pueden conducir a una disminución de los costes de producción. Si este ahorro de costes se traslada a los consumidores en forma de precios más bajos, puede contribuir a las presiones deflacionistas.
  • Disminución de la oferta de dinero: Una disminución de la oferta monetaria, ya sea debida a una disminución de la creación de dinero por parte de los bancos centrales o a una disminución de la velocidad de circulación del dinero, también puede contribuir a la deflación. Cuando hay menos dinero disponible, los consumidores y las empresas pueden tener menos poder adquisitivo, lo que reduce la demanda y hace bajar los precios.
  • La deflación puede tener efectos tanto negativos como positivos en la economía.

Cambios de opinión sobre el impacto de la deflación

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Ahora que hemos respondido a la pregunta ¿Qué es la deflación? Profundicemos en sus aspectos negativos y positivos.

Tras la Gran Depresión, los economistas solían considerar la deflación como un hecho negativo. Se debe a su correlación con el alto desempleo y el aumento de los impagos. En consecuencia, los bancos centrales empezaron a aplicar políticas monetarias para mantener un aumento constante de la oferta monetaria, a pesar de las posibles consecuencias de la inflación crónica de los precios y el excesivo endeudamiento de los deudores. Existen diversas perspectivas sobre el valor de la deflación y la deflación de precios.

Efectos positivos de la deflación

  • Mayor poder adquisitivo: Los consumidores pueden adquirir más bienes y servicios con la misma cantidad de dinero, lo que mejora su nivel de vida.
  • Coste de los préstamos: Los tipos de interés pueden bajar durante la deflación, abaratando los préstamos para empresas y particulares.

Efectos negativos de la deflación

  • Espiral deflacionista: Si los consumidores anticipan nuevas bajadas de precios, pueden retrasar las compras, lo que provoca una disminución de la demanda, la producción y el empleo. Esto puede crear un ciclo de reducción del gasto y contracción económica.
  • Carga de la deuda: La deflación aumenta el valor real de la deuda existente, dificultando a los prestatarios el reembolso de sus préstamos.
  • Reducción de la inversión: Las empresas pueden posponer la inversión y los planes de expansión durante la deflación, limitando el crecimiento económico.
  • La deflación suele considerarse una preocupación para los responsables políticos porque puede obstaculizar el crecimiento económico y agravar los problemas relacionados con la deuda. Los bancos centrales intentan a menudo combatir las presiones deflacionistas aplicando políticas monetarias, como la reducción de los tipos de interés, el aumento de la oferta monetaria o la flexibilización cuantitativa, para estimular el gasto y fomentar la actividad económica.

Inflación o deflación, ¿ cuál es la diferencia?

La mejor forma de operar en tiempos de inflación

A diferencia de la inflación, que se caracteriza por un aumento duradero y notable del nivel general de precios en una zona económica determinada, la deflación se define por una caída general, continua y autosostenida de los precios y una ganancia de poder adquisitivo de la moneda.

En lenguaje económico, podemos hablar de deflación cuando el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) publicado mensualmente por el INSEE es negativo durante varios trimestres consecutivos. Esto significa que el precio de la cesta de productos que consumen los hogares entre dos periodos está bajando.

Nótese que la deflación puede ser sectorial si afecta sólo a una parte de la actividad económica o ser generalizada.

También es importante no confundir deflación con desinflación competitiva. Esta última designa una política destinada a favorecer una desaceleración de la tasa de inflación para mejorar el aumento del poder adquisitivo y ganar en competitividad de precios. En la práctica, en caso de desinflación, el índice general de precios disminuye pero sigue siendo positivo. Asimismo, en el caso de la deflación, también llamada inflación negativa, el índice general de precios desciende por debajo de la tasa del 0%.

En nuestra sociedad actual, abundan los ejemplos de desinflación, sobre todo en la zona euro. En cambio, los casos de deflación son mucho más raros. A lo largo del siglo pasado, sólo se han registrado dos: la deflación de los años 30, que empezó en Estados Unidos antes de afectar a Europa, y la deflación que afectó a la economía japonesa en los años 90.

Cabe señalar, sin embargo, que la eurozona estuvo cerca de la deflación durante la década de 2010: entre octubre de 2012 y enero de 2016, la tasa de inflación anual había caído efectivamente del 2,5% al 0,3%. Muy cerca de una tasa negativa, por tanto.

¿Qué es la deflación: causas y efectos?

¿Cuáles son las causas de la deflación?

En los dos últimos casos observados, un choque financiero precipitó la economía en una profunda crisis que causó deflación: un crack bursátil en Estados Unidos en 1929 y un crack bursátil y luego inmobiliario en Japón entre 1990 y 1992.

En términos generales, la deflación es el resultado de un desequilibrio duradero entre la oferta y la demanda. La oferta llega a ser y sigue siendo mayor que la demanda, lo que genera mecánicamente una caída de precios autosostenida para vender las existencias.

Este desequilibrio entre la oferta y la demanda puede tener varios orígenes. Puede ser una sobreproducción de bienes y servicios, una caída de los costes de producción, un endeudamiento excesivo (se habla entonces de deflación de la deuda), políticas económicas de austeridad o divisas fuertes, o varios de estos elementos combinados.

Para contrarrestar el riesgo de deflación en la eurozona en los últimos años, el Banco Central Europeo ha aplicado dos medidas: una reducción de sus tipos de interés oficiales y un programa de recompra de activos garantizados para favorecer el acceso al crédito a muy bajo coste para hogares y empresas.

Las consecuencias de la deflación

Dollar Money

A primera vista, la deflación es algo bueno para el consumidor, ya que los precios de los bienes y servicios bajan y los hogares ven aumentar su poder adquisitivo de forma considerable y sostenible. Pero, en realidad, las consecuencias de la deflación son más perjudiciales que positivas.

En un primer momento, la caída continua de los precios no incita necesariamente a los hogares a consumir. Al contrario, la deflación económica anima a los hogares a posponer sus decisiones de compra, esperando eternamente precios más ventajosos. Así, el consumo global disminuye y aumentan las existencias de bienes y servicios sin vender.

Esto conduce a una caída de la producción y la inversión. De este modo, la deflación puede provocar una bajada de los salarios, un aumento del desempleo y, sobre todo, la formación de un círculo vicioso que, en última instancia, conduce a una caída del poder adquisitivo de los hogares y, por tanto, a un menor consumo.

Por otra parte, la deflación también puede afectar negativamente a la situación financiera de las personas e instituciones que recurren al endeudamiento, ya que el coste real de la deuda aumenta con la disminución del nivel general de precios.

La única excepción es la deflación sectorial, que puede tener efectos positivos. Cuando la caída de precios sólo afecta a un sector y a unos pocos productos, sin afectar al índice general de precios, puede reforzar la demanda de los productos afectados y fomentar el consumo.

Cómo controlar la deflación

Los gobiernos disponen de varios métodos para frenar la deflación.

  • Aumentar la oferta de dinero. La Reserva Federal recompra títulos para aumentar la oferta monetaria. Cuanto mayor sea la oferta, menos valdrá el dólar, lo que anima a la gente a gastar y hace subir los precios.
  • Facilitar los préstamos. La Reserva Federal podría pedir a los bancos que aumenten las cantidades de crédito disponibles o bajen los tipos de interés. De ese modo, la gente puede pedir más prestado. Si la Reserva Federal reduce la tasa de reserva, que es la cantidad de efectivo que los bancos comerciales deben tener a mano, los bancos pueden prestar más dinero. Esto fomenta el gasto y ayuda a subir los precios.
  • Gestionar la política fiscal. Si el Gobierno aumenta el gasto público y reduce los impuestos, puede impulsar tanto la demanda agregada como la renta disponible, lo que se traducirá en más gasto y precios más altos.


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