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¿Podría Asia salvar a Rusia de una suspensión energética de la UE?

A principios de este mes, el presidente ruso Vladimir Putin envió un sólido mensaje a los líderes del sector energético del país. Debían planificar la reducción de las importaciones occidentales desplazando el foco de atención de Europa a Asia. Desde la perspectiva del Kremlin, este decreto tiene sentido. El Reino Unido, Estados Unidos y Australia ya han prohibido la importación de energía rusa. La UE está sometida a una presión creciente por parte de Estados Unidos y de miembros como Polonia y Lituania; impone un embargo al petróleo y al gas rusos en respuesta a la continuación de la guerra en Ucrania por parte de Moscú.

 

Sin embargo, un cóctel de limitaciones de infraestructuras, presiones políticas y escasa demanda económica podría dificultar la absorción de los suministros energéticos por parte de los mercados asiáticos. Otra cosa sería para Europa si Bruselas prohibiera todos los hidrocarburos rusos. Los países europeos desarrollados representan casi dos tercios de las exportaciones de gas de Rusia; y la mitad de las ventas de petróleo.

 

La mayoría de los oleoductos rusos están construidos geográficamente para los mercados europeos; por lo tanto, no pueden abastecer a Asia. Los dos mayores consumidores asiáticos de Rusia -Japón y Corea del Sur- son aliados de Occidente. Es probable que reciban una intensa presión por parte de Estados Unidos para evitar cualquier aumento de las importaciones de energía. China, el mayor importador de petróleo de Rusia, está experimentando una desaceleración económica debido al cierre de COVID-19. Esto, a su vez, no hará más que reducir su hambre por energía.

La UE y Rusia

Si la UE continúa con la prohibición total, me pregunto cómo podrán los mercados asiáticos compensar esa demanda. Es posible que Rusia tenga que reducir la producción de petróleo en un 30% para 2022. Actualmente, la UE no tiene una «posición unida» sobre el embargo de la energía rusa. Alemania y Hungría están preocupadas por el fuerte aumento del gasto energético; si dejan de comprar petróleo y gas ruso.

 

Mientras tanto, la UE trata de desarrollar un mecanismo de pago que permita a los países aplicar las sanciones del sector financiero contra Moscú. El Kremlin impone a los países europeos la compra de energía en rublos. Sin embargo, los analistas creen que es sólo cuestión de tiempo que Europa imponga un embargo a las materias primas y productos rusos en el mercado del petróleo. Esto podría reducir cuatro millones de barriles diarios del mercado mundial del petróleo. Consciente de estos riesgos, Moscú lleva años intentando reducir su dependencia de los compradores occidentales.

 

Cabe destacar que en 2012, Putin inauguró el oleoducto Siberia Oriental-Pacífico. Su objetivo es suministrar crudo a China y Japón. El gasoducto siberiano, puesto en marcha en 2019, puede suministrar hasta 38.000 millones de metros cúbicos de gas ruso a China. En febrero, durante la visita de Putin a Pekín unas semanas antes de la guerra, China y Rusia anunciaron planes para otro gasoducto. Sin embargo, estos proyectos no hacen más que poner de manifiesto las dificultades para iniciar o aumentar el comercio de petróleo y gas entre los países.

Guerra y situación actual

Funcionarios rusos e indios también se reunieron la semana pasada para superar el estancamiento del suministro de carbón de coque a los fabricantes de acero indios. Si Rusia ofrece descuentos y condiciones crediticias favorables, los fabricantes de transformación lo encontrarán atractivo.

 

Cabe señalar que el crudo procedente de Rusia sólo representó el 1,4% de las importaciones de petróleo de la India en 2020. Además, los distintos países producen crudos de distinta densidad. No será fácil para las antiguas refinerías del sector público de la India cambiar al petróleo de Oriente Medio, Estados Unidos y América Latina. Cuando la India está estrechando sus lazos con Estados Unidos y la UE, el aumento de las compras de energía a Rusia podría dañar esas relaciones.

 

Corea del Sur y Japón, entre los 10 principales compradores de petróleo de Rusia, se enfrentan a una censura aún más estricta por parte de EE. Supongamos que intentan extraer más crudo. China, el mayor importador de petróleo del mundo, compró un tercio de todo el petróleo ruso en 2020. La dependencia de China de las importaciones de crudo significa que Pekín debe mantener buenas relaciones con todos los principales proveedores. El cierre indefinido de Shanghai y la creciente incidencia del COVID-19 en Pekín también dificultan la recuperación económica del país.

Conclusión

Aunque la UE imponga un duro embargo, es absurdo que el sector energético ruso se derrumbe por completo. Bielorrusia es el noveno comprador más importante de petróleo de Rusia. Al igual que China, es un socio estratégico. Por consiguiente, es poco probable que se sume a cualquier medida contra Moscú. Japón, India, China y Vietnam también tienen activos en la parte de combustibles fósiles de Rusia. La vida útil de los yacimientos de petróleo y gas es de tres décadas, por lo que las empresas pueden esperar a las crisis.

 

Esto, a su vez, animará a los países y a sus empresas que tienen intereses en los yacimientos rusos a mantener el petróleo y el gas fuera de ellos. Sin embargo, las pérdidas económicas serán profundas si Rusia pierde el mercado responsable de la mayor parte de sus exportaciones de petróleo y gas, que representan el 45% del presupuesto estatal. Según los expertos, un paso tan audaz no será fácil para Bruselas. Sin embargo, puede ser sólo cuestión de tiempo que una de las partes decida finalmente arreglar su relación rota. Los analistas estiman que Europa y Rusia intentarán primero independizarse la una de la otra.

 



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