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Retos y oportunidades para Japón en 2024

En un reciente discurso en el Club Nacional de Prensa de Japón, el ex viceministro de Finanzas Eisuke Sakakibara, conocido como el «Sr. Yen», subrayó la importancia de un yen fuerte para los intereses de la nación. A medida que Japón se acerca a 2024, se enfrenta a dos retos importantes que podrían afectar a la posición del yen en la escena mundial.

Perder la condición de mayor acreedor del mundo

La actual posición de Japón como mayor acreedor del mundo está amenazada, ya que Alemania se está acercando a sus activos exteriores netos. Los cálculos basados en las previsiones del Fondo Monetario Internacional indican que los activos exteriores netos de Japón, de 3,1 billones de dólares en 2022, podrían verse superados por los 3,5 billones de Alemania a finales de 2024. Este posible cambio suscita preocupación, ya que Japón depende cada vez más de las inversiones en el extranjero para compensar la disminución de los ingresos procedentes de las exportaciones.

Cambios estructurales en la balanza por cuenta corriente con China

La reciente depreciación del yen hasta 4,7749 yuanes por cada 100 yenes en el mercado de divisas de Shanghai pone de relieve un cambio estructural en la balanza por cuenta corriente de Japón con China. El déficit, que alcanzará unos 4,5 billones de yenes (30.000 millones de dólares) entre el primer trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023, supone una amenaza para el superávit global por cuenta corriente de Japón. Entre los factores que contribuyen a este desequilibrio figuran la disminución de las exportaciones japonesas, en particular de productos relacionados con los semiconductores, y la ralentización de los ingresos por inversiones, influidos por los controles más estrictos aplicados por el presidente chino Xi Jinping y la desaceleración económica de China.

Debilitamiento sustancial del yen y comparaciones mundiales

Emin Yurumazu, economista, llama la atención sobre el parecido satírico del yen con la moneda nacional de Turquía. De marzo de 2020 a octubre de 2023, se produjo un significativo descenso del 29% en el tipo de cambio efectivo real del yen, lo que indica un debilitamiento sustancial. Comparativamente, la lira turca experimentó una caída del 21%, con una tasa de inflación anual superior al 60%. Toru Sasaki, estratega jefe del Fukuoka Financial Group, subraya que, a pesar de que Japón es el mayor acreedor del mundo, su deuda pública bruta supera a la de Turquía, lo que supone un reto matizado para el yen.

Debilitamiento sustancial del yen y comparaciones mundiales

Tendencias de salida y el problema del yen en 2024

Las estadísticas del Banco de Japón revelan una tendencia constante de salidas netas al exterior a través de fondos de inversión en valores durante los ciclos de debilidad del yen. La salida, por un total de 105 billones de yenes desde enero de 2000 hasta junio de 2023, se observa durante periodos concretos como 2005-2007, 2013-2015 y desde 2020 hasta la actualidad. La introducción del programa NISA en enero, que exime de impuestos a las pequeñas inversiones, podría exacerbar esta salida, planteando un segundo problema para el yen en 2024.

Ante estos retos, Japón debe navegar por el intrincado panorama de la dinámica económica mundial. El tipo de cambio del yen sigue siendo un factor crucial, que afecta a la posición del país como mayor acreedor y a la confianza de los inversores extranjeros en las empresas japonesas. Mientras el país afronta estos dilemas, la resistencia del yen en el mercado mundial será un indicador clave de la pujanza económica de Japón. El tipo de cambio del yen es la clave del destino económico de Japón en 2024, y deben tomarse medidas estratégicas para garantizar su estabilidad y fortaleza en la escena internacional.



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