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¿Qué futuro le espera al conflicto de Nagorno Karabaj?

 

El conflicto de Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán es uno de los más antiguos del Cáucaso. El 19 de septiembre, Azerbaiyán lanzó lo que describió como un «ataque antiterrorista» contra la región de mayoría armenia. En 24 horas, el gobierno de facto armenio aceptó desarmarse y disolver su ejército. Este artículo pretende proporcionar una comprensión del conflicto, sus antecedentes históricos y lo que puede suceder a continuación.
Las raíces del conflicto de Nagorno Karabaj se remontan a principios del siglo XX, cuando Armenia y Azerbaiyán surgieron como naciones independientes tras el colapso del Imperio Ruso.

La región de Nagorno-Karabaj, poblada mayoritariamente por armenios, quedó bajo el control del gobierno azerbaiyano. Esto provocó tensiones entre las dos comunidades, ya que los armenios buscaban una mayor autonomía y, finalmente, la independencia.
Una combinación de factores históricos, étnicos y territoriales ha alimentado el conflicto de Nagorno-Karabaj desde entonces. El deseo de autodeterminación de la población de etnia armenia chocó con la reivindicación de Azerbaiyán sobre la región. Armenia apoya a la autoproclamada República de Artsaj, que ha gobernado la región de Nagorno-Karabaj. Azerbaiyán, por su parte, pretende recuperar el control del territorio en disputa.
El conflicto de Nagorno-Karabaj ha atraído la atención de la comunidad internacional, y varios países y organizaciones han expresado su preocupación y ofrecido su mediación. El llamado Grupo de Minsk, formado por Rusia, Francia y Estados Unidos, lleva años negociando una solución pacífica. Sin embargo, lograr una resolución duradera ha resultado todo un reto debido a la compleja naturaleza del conflicto, los diferentes intereses de los actores clave y la intransigencia de sus posturas.

Con el colapso de la Unión Soviética, que creó un vacío de poder y permitió que resurgieran antiguos agravios, en 1988 estalló una guerra a gran escala que duró hasta 1994. La guerra se saldó con la pérdida de miles de vidas, y se calcula que más de un millón de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en ambos bandos del conflicto. La guerra terminó con un acuerdo de alto el fuego, pero las cuestiones subyacentes quedaron sin resolver, preparando el terreno para futuras hostilidades.
Esas hostilidades resurgieron en septiembre de 2020 con una escalada significativa y estalló otra guerra a gran escala entre Armenia y Azerbaiyán. Aunque sólo duró seis semanas, el resultado fue un gran número de víctimas y el desplazamiento de miles de personas. Ambas partes se acusaron mutuamente de iniciar el conflicto y, aunque la comunidad internacional expresó su preocupación por la escalada de violencia, no se encontró una solución aceptable.
El conflicto de Nagorno Karabaj ha tenido graves repercusiones humanitarias. Los combates han provocado la pérdida de muchos miles de vidas civiles, la destrucción de infraestructuras y el desplazamiento de miles de personas. Las organizaciones humanitarias han estado trabajando para proporcionar ayuda y apoyo a los afectados por el conflicto. Sin embargo, las consecuencias a largo plazo sobre la población y el tejido social de la región han sido motivo de gran preocupación.
Como se ha dicho, las últimas hostilidades comenzaron el 19 de septiembre en respuesta a la muerte de cuatro soldados azerbaiyanos y dos civiles que murieron por la explosión de minas terrestres. Respaldado por su aliado Turquía, Azerbaiyán inició su «ataque antiterrorista». Tras un alto el fuego negociado por Rusia, las fuerzas armenias acordaron disolver sus fuerzas armadas, que duraron sólo 24 horas. Azerbaiyán anunció que había tomado el control total de la región. Tras ello, el Presidente Samvel Shahramanyan ha emitido un decreto por el que Nagorno-Karabaj dejará de existir a partir del 1 de enero de 2024.

El ataque azerbaiyano ha provocado una evacuación masiva de la población de etnia armenia. Se calcula que unos 100.000 armenios están siendo desarraigados y huyendo del territorio. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, esto representa alrededor del 80% de la población armenia de la región. Reuters ha informado de que los líderes armenios han estimado que, debido al temor a la limpieza étnica, toda la población armenia abandonará la región.
En conclusión, es imposible decir qué depara el futuro a la región de Nagorno-Karabaj. Con su abrumadora ventaja militar y el éxodo masivo de la población armenia, parece que Azerbaiyán tiene el control total de la región y ha obtenido una victoria. Sin embargo, el futuro del conflicto de Nagorno-Karabaj sigue siendo incierto. Aunque se ha alcanzado un acuerdo de alto el fuego, no se han abordado los problemas y agravios subyacentes, dada la anterior reticencia de ambas partes a comprometerse en las negociaciones. Los líderes azerbaiyanos siguen preguntándose si permitirán a los armenios que quedan vivir en paz. ¿Continuarán luchando los armenios? (quizás utilizando tácticas de guerrilla). Lograr una resolución duradera y sostenible requerirá el compromiso de todas las partes implicadas, y es difícil ver cómo puede alcanzarse en estos momentos.



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