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Irán busca la supremacía en el transporte de GNL

A pesar de contar con las segundas mayores reservas de gas natural del mundo, Irán se enfrenta a serias dificultades para convertirse en exportador de GNL. El gas natural licuado (GNL) se ha convertido en un actor fundamental en la dinámica energética mundial, con una demanda prevista al alza. Este artículo se adentra en el ambicioso pero tumultuoso camino de Irán hacia el transporte marítimo de GNL, explorando los obstáculos a los que se enfrenta y el posible giro hacia la importación de GNL.

El panorama del GNL y la dinámica mundial

El GNL, abreviatura de gas natural licuado, se somete a un complejo proceso de enfriamiento que lo transforma en estado líquido para un almacenamiento y transporte eficaces. Estudios recientes de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevén un aumento del 25% de la capacidad mundial de GNL entre 2022 y 2026, liderado principalmente por Estados Unidos. Qatar es actualmente el mayor exportador mundial de GNL, con 114.100 millones de metros cúbicos en 2022. A medida que Estados Unidos emerge como líder en las exportaciones de gas natural, Irán intenta unirse a las filas de las naciones productoras de GNL.

La lucha de Irán con la producción de GNL

Las aspiraciones de Irán en materia de GNL dependen del proyecto Iran LNG, situado en el puerto de Tombak, a unos 50 km al norte de Assaluyeh. Este proyecto, obstaculizado por las restricciones internacionales relacionadas con el programa nuclear de Teherán, sufrió contratiempos y pérdidas financieras, y en 2013 apenas se había completado en un 38%. Resucitado en 2021, ha alcanzado ya el 53% de ejecución, y su finalización está prevista para mediados de 2025. La empresa, que registra unas pérdidas anuales de 5.000 millones de dólares, se enfrenta a sanciones estadounidenses, limitaciones financieras y obstáculos tecnológicos.

Escasez de gas natural: Un giro tecnológico

Irán sufre una grave escasez de gas natural, lo que agrava los problemas en invierno y obliga a utilizar fuelóleo de calidad inferior, como el mazut, que contribuye a la contaminación atmosférica. Hadi Amirshaghaghi, director general de Iran Natural Gas Liquefaction Company, propone una solución única: invertir parte del proceso de fabricación del GNL para convertirlo en gas natural dulce. Con los avances en los tanques de almacenamiento y las instalaciones marítimas, solucionar el déficit de la red de gas pasa por atraer inversores para una importante inyección de gas en la red nacional.

La creciente disparidad: El inminente desequilibrio energético de Irán

Irán se enfrenta a un crecimiento anual del 5% en el consumo de gas natural, mientras que el crecimiento de su producción se estanca. El descenso previsto de la productividad del yacimiento de South Pars, en el Golfo Pérsico, amenaza con convertir a Irán de productor de energía en importador. Se prevé que el desequilibrio de gas se dispare de 250 millones de metros cúbicos diarios a 300 millones a finales de este año y a la escalofriante cifra de 500 a 550 millones en 2031, lo que dibuja un sombrío panorama energético.

Gas prices

La promesa incumplida: El papel de Rusia y el aguijón de las sanciones

Un Memorando de Entendimiento (MOU) de 40.000 millones de dólares entre Irán y Rusia pretendía fomentar la colaboración en proyectos de GNL y desarrollo energético. Sin embargo, esta ambiciosa empresa sigue sin materializarse, ya que Rusia no ha proporcionado la ayuda financiera esperada ni la tecnología esencial para el proyecto de GNL de Irán. Las estrictas sanciones obstaculizan aún más los progresos de Irán, pues suscitan dudas sobre su capacidad para obtener tecnología crucial de licuefacción y mantener la estabilidad financiera.

Un cambio de estrategia: De exportador a importador

Ante los formidables desafíos y un futuro incierto para las exportaciones de GNL, Irán contempla un cambio estratégico. La regasificación, el proceso de revertir el GNL a su estado gaseoso original, surge como una alternativa menos complicada en un mercado menos competitivo. Este cambio supone una notable transformación para Irán, que pasa de ser un aspirante a exportador de GNL a un probable importador de GNL. La importación de GNL de Qatar se convierte en una opción práctica, dado el éxito de la administración Raisi en la finalización del proyecto de GNL de Irán.

Navegando en la tormenta del GNL

Irán se encuentra en una encrucijada en su búsqueda de la supremacía en el transporte de GNL. Aunque abundan los desafíos, la capacidad del país para adaptarse y elaborar estrategias determinará su papel en el panorama mundial del GNL. Que Irán se convierta en exportador o importador depende de la superación de barreras tecnológicas, limitaciones financieras y obstáculos geopolíticos. Mientras la administración Raisi navega por estas aguas turbulentas, el mundo observa con expectación, reconociendo el papel fundamental que desempeña el GNL en la configuración del futuro del comercio energético mundial. El camino hacia el éxito del transporte marítimo de GNL puede ser pedregoso, pero Irán no se amilana en su empeño.



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