El gasto de los consumidores estadounidenses se ralentizó el mes pasado. ¿A qué se debe?

Los datos sobre el gasto de los consumidores estadounidenses son muy importantes, ya que muestran la marcha de la economía del país. Cuando ésta entra en recesión, el gasto de los consumidores se contrae considerablemente, mientras que aumenta durante los periodos de bonanza. Además, la Reserva Federal de EE.UU. suele tener en cuenta estos datos a la hora de decidir su política monetaria. En consecuencia, los operadores suelen esperar a estos datos para determinar el rumbo del banco central.

En febrero, el gasto de los consumidores estadounidenses repuntó. Aunque el aumento no fue muy sustancial, animó a los inversores. La cifra se disparó mucho más en el mes anterior, pero el impulso continuó en febrero. Al mismo tiempo, la inflación se ralentizó, pero sigue por encima del objetivo deseado por la Fed. Así pues, el organismo podría llevar a cabo una subida de tipos más este año.

El gasto de los consumidores aumentó un 0,2% el mes pasado. Esta noticia fue bien recibida porque representa más de dos tercios de la actividad económica estadounidense. El viernes, el Departamento de Comercio declaró que había revisado las cifras de enero, esperando que el gasto se disparara un 2,0% en lugar de un 1,8%. Mientras tanto, los analistas habían calculado que el gasto de los consumidores sólo aumentaría un 0,3%.

El temor de los consumidores contribuyó a reducir el gasto

A pesar de la moderada subida, el gasto de los consumidores se ralentizó el mes pasado en comparación con enero. Los analistas creen que la disminución de los ingresos contribuyó a ello. La mayoría de los hogares tienen unos ingresos modestos y deben ser cuidadosos con sus gastos.

Además, la repentina quiebra de dos bancos regionales estadounidenses también preocupó a los ciudadanos. La mayoría prefirió ahorrar dinero en caso de otra crisis económica. Al mismo tiempo, la mayoría de los bancos han endurecido sus normas de préstamo. Eso significa que la gente tiene más dificultades para conseguir créditos. Así, deben posponer sus compras más cuantiosas hasta que dispongan de dinero suficiente. Las subidas de tipos de la Reserva Federal no ayudan. Sólo hace más difícil que los ciudadanos obtengan dinero de los bancos. Algunos analistas temen que una política de endurecimiento pueda desencadenar otra recesión económica.