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¿Cómo influiría en EE.UU. el colapso de la economía china?

La persistente atención de los medios de comunicación occidentales a la posible recuperación económica de China tras las adversidades del año pasado ha mantenido en vilo a analistas y expertos. Los debates en torno al posible colapso de la economía china han cobrado fuerza en medio de esta cobertura. También ha suscitado preguntas críticas sobre la probabilidad de este último y el consiguiente impacto mundial.

Luchas internas en China

China se enfrenta a retos polifacéticos que no pueden pasarse por alto. Las repercusiones de la política del hijo único, aplicada de 1979 a 2016, son evidentes en una población cada vez más pequeña y envejecida. La tasa de desempleo juvenil se ha disparado, alcanzando un alarmante 21,3% en junio. Además, China se enfrenta a una crisis del mercado inmobiliario, ya que grandes promotores inmobiliarios como Evergrande están al borde del impago, lo que ha provocado un rápido desplome de las acciones de los promotores inmobiliarios.

Resistencia y crecimiento en medio de las preocupaciones

A pesar de estos retos, las proyecciones sugieren que la economía china está lejos de contraerse. Al contrario, el Gobierno prevé un crecimiento de aproximadamente el 5% este año, superando las tasas de crecimiento de EE.UU., el Reino Unido y la UE. Los casos históricos en los que las previsiones de un inminente «colapso de China» durante crisis pasadas no llegaron a materializarse también dan fe de la resistencia del país.

Enseñanzas del pasado

Durante la Gran Recesión de 2007-2009, cuando la economía estadounidense se contrajo significativamente, China se adaptó rápidamente estimulando el mercado nacional. El Gobierno chino puso en marcha programas de estímulo a los fabricantes nacionales y ofreció descuentos en electrodomésticos para impulsar el consumo. Este enfoque pragmático ayudó a China a mantener la estabilidad y el crecimiento económico.

Posibles repercusiones mundiales de China

Sin embargo, si la economía china sufriera un colapso imprevisto, no quedaría aislada dentro de sus fronteras. La interconexión de la economía mundial garantizaría un efecto dominó que afectaría a los países que dependen del comercio chino. Países como Zambia y Chile, muy dependientes de la exportación de materias primas a China, se enfrentarían a graves crisis económicas.

Interdependencia económica mundial

Los países occidentales tampoco serían inmunes. Alemania, por ejemplo, con un 10% de su PIB dependiente del comercio con China, experimentaría una contracción. Con importantes ventas e ingresos vinculados a China, el sector tecnológico estadounidense sufriría notables reveses.

Aunque el impacto directo general del colapso de China en la economía estadounidense pueda parecer limitado, la dependencia de sectores específicos del mercado chino es motivo de preocupación. La intrincada red de interdependencia mundial exige una evaluación prudente y una preparación para posibles contingencias en el panorama económico mundial.

En conclusión, aunque la probabilidad de un colapso de la economía china sigue siendo incierta, sus repercusiones enviarían sin duda ondas de choque a toda la economía mundial interconectada, subrayando la necesidad de prudencia y previsión en las relaciones económicas internacionales.



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