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El entorno económico estadounidense parece sólido, con un crecimiento del 4,9%.

El entorno económico de Estados Unidos ha experimentado un auge espectacular: la economía estadounidense creció a un ritmo espectacular del 4,9% en el tercer trimestre. Esta hazaña, que desafía todas las expectativas, refleja la influencia de diversos factores económicos y garantiza la sostenibilidad económica.

 

Un entorno económico resiliente

El entorno económico de Estados Unidos está experimentando un repunte sin precedentes. El tercer trimestre arrojó una notable tasa de crecimiento del 4,9%, que supera todas las previsiones. Este inesperado triunfo, impulsado por una confluencia de factores económicos, es un testimonio de la sostenibilidad económica del país.

 

Resiliencia en medio de la adversidad

Nuevos datos de la Oficina de Análisis Económicos revelaron que el producto interior bruto estadounidense creció entre julio y septiembre, culminando así cinco trimestres consecutivos de crecimiento. Esta racha desafió los temores de recesión y, al mismo tiempo, puso de manifiesto la notable resistencia de la economía.

Las fuerzas motrices de este repunte económico son múltiples. Un próspero mercado laboral, reforzado por la creación de 214.000 nuevos puestos de trabajo en el tercer trimestre, ha infundido confianza y poder adquisitivo entre los ciudadanos estadounidenses. Los ahorros adicionales acumulados durante la pandemia también han contribuido significativamente, permitiendo a los consumidores mantener sus hábitos de gasto, incluso frente a la inflación y la escalada de los tipos de interés. Estos factores económicos desempeñan un papel fundamental a la hora de garantizar la sostenibilidad económica.

 

Resiliencia en medio de la adversidad

Confianza de los consumidores y hábitos de gasto

Lo más asombroso de este crecimiento es que se produjo en el contexto de los tipos de interés más altos de los últimos 15 años. Economistas y expertos habían subestimado la tenacidad de los consumidores estadounidenses. Diane Swonk, economista jefe de KPMG, expresó su asombro al afirmar que la situación era asombrosa. La Reserva Federal ha aplicado las medidas de restricción del crédito más rigurosas desde los años ochenta y, sorprendentemente, la economía se está acelerando.

De hecho, los estadounidenses, especialmente los más pudientes, siguieron gastando generosamente. Sus gastos abarcaron desde necesidades como la vivienda, los servicios públicos y los medicamentos recetados hasta lujos como salir a cenar, alojarse en hoteles y actividades recreativas. Al mismo tiempo, las empresas y el gobierno federal mantuvieron sus inversiones, aunque las inversiones no residenciales experimentaron un descenso.

 

Crecimiento récord

El repunte más reciente del PIB es más del doble de la tasa de crecimiento anual del trimestre anterior, del 2,1%. Sin embargo, se cierne la incertidumbre sobre la sostenibilidad de este crecimiento. Los expertos sugieren que el aumento de los costes de los préstamos podría revertir estas ganancias. Además, a medida que disminuyan los ahorros de la época de la pandemia y los hogares reanuden los pagos de los préstamos estudiantiles, es probable que el crecimiento económico se desacelere.

Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, prevé una ralentización a una tasa anualizada del 1% en el cuarto trimestre, subrayando la presencia de diversos vientos en contra en el horizonte económico.

 

El dilema de la Reserva Federal

El empeño de la Reserva Federal por frenar la inflación mediante 11 subidas de los tipos de interés ha dejado estancado el mercado inmobiliario, con los tipos hipotecarios alcanzando un máximo de dos décadas, el 7,6%. A pesar de ello, los estadounidenses han conseguido reorientar su gasto hacia otros sectores. El gasto en restaurantes, cines y eventos deportivos ha aumentado, apoyando el crecimiento continuado de estas industrias.

Aunque la inflación se ha moderado desde el máximo del verano pasado del 9,1% al 3,7%, sigue siendo más alta de lo deseado. Algunos expertos prevén la necesidad de un mayor endurecimiento si la inflación se estanca y el gasto de los consumidores se mantiene robusto.

Aun así, el entorno económico de Estados Unidos ha desafiado las expectativas al alcanzar una notable tasa de crecimiento del 4,9 por ciento en el tercer trimestre. Este logro subraya la influencia de diversos factores económicos que contribuyen a la sostenibilidad económica de la nación. Mientras la economía se enfrenta a retos como la inflación y las tensiones geopolíticas, la resistencia y el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses siguen siendo el motor de este milagro económico.



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