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La economía alemana retrocede en el primer trimestre: ¿qué nos espera?

La economía alemana se contrajo en el primer trimestre de 2023, entrando en recesión, según indican los datos de la oficina de estadística, que revelan un retroceso con respecto a los tres meses anteriores. La última revisión revela una importante contracción del 0,3% en el producto interior bruto del trimestre. Esto sigue a un descenso del 0,5% en el cuarto trimestre de 2022.

En contra de las primeras expectativas de estabilidad, la estimación inicial reveló un estancamiento del PIB en el primer trimestre, evitando por poco una recesión para Alemania. Sin embargo, los datos más recientes sugieren un mayor deterioro de los problemas económicos del país. La comparación interanual revela un descenso del PIB del 0,5%, teniendo en cuenta los efectos de precios y calendario, lo que hace temer por el estado de la economía del país.

Andreas Scheuerle, analista de DekaBank, declaró que, bajo el peso de la inmensa inflación alemana, el gasto de los consumidores se redujo, arrastrando consigo a toda la economía. El consumo de los hogares también experimentó un importante descenso del 1,2% intertrimestral. Además, el gasto público también disminuyó un notable 4,9% en el trimestre.

A pesar de los esfuerzos por reactivar la economía, la industria alemana sigue luchando. El cálido clima invernal y el repunte de la actividad industrial, impulsados por la reapertura del mercado chino y el alivio de las fricciones en la cadena de suministro, no bastaron para sacar a la economía de la zona de peligro recesivo, declaró Carsten Brzeski, responsable global de macroeconomía de ING.

¿Qué pasa con los indicadores positivos?

En medio del pesimismo reinante, las últimas noticias sobre la economía alemana aportan un rayo de esperanza. Un aspecto positivo es el crecimiento observado en la inversión durante el primer trimestre, tras un flojo segundo semestre de 2022. Los informes indican un aumento del 3,2% en la inversión en maquinaria y equipo en comparación con el trimestre anterior, acompañado de un prometedor repunte del 3,9% en la inversión en construcción.

El comercio también desempeñó un papel positivo, con un aumento de las exportaciones del 0,4% y un descenso de las importaciones del 0,9%. Estas cifras ponen de relieve la resistencia de las empresas alemanas para sortear los retos mundiales y mantener su competitividad.

A pesar de ello, la economía se vio lastrada por el sustancial aumento de los precios de la energía durante el periodo invernal, como destacó Joerg Kraemer, Economista Jefe de Commerzbank. Ahora, la pregunta crucial sigue siendo: ¿habrá alguna recuperación en la segunda mitad del año?

De cara al futuro, el optimismo que reinaba a principios de año parece haber dado paso a una realidad más aleccionadora, según Brzeski, de ING. El descenso del poder adquisitivo, la disminución de los pedidos industriales, el endurecimiento de las políticas monetarias agresivas y la desaceleración prevista de la economía estadounidense indican colectivamente una persistente fragilidad de los resultados económicos.

¿Qué dicen los analistas sobre la economía alemana?

A la luz de la trayectoria descendente de los principales indicadores clave del sector manufacturero, existe una preocupación válida sobre la trayectoria futura de la economía alemana – señaló Kraemer, de Commerzbank.

Sin embargo, el Bundesbank alemán mantiene una visión más optimista y espera un crecimiento modesto en el segundo trimestre. Su análisis sugiere que el repunte del sector industrial compensará con creces el estancamiento del consumo de los hogares y la caída de la construcción. Esta perspectiva prudentemente optimista ofrece un rayo de esperanza para el país. Hasta ahora, el PIB per cápita sigue siendo fuerte, pero si el crecimiento del PIB alemán no continúa, podría empujar al país a una recesión más profunda.

En general, la economía alemana se encuentra en una situación difícil, y la contracción del primer trimestre indica una entrada formal en recesión. La ralentización del consumo de los hogares y las dificultades de la industria alemana han contribuido a los problemas económicos. Sin embargo, se vislumbran atisbos de positivismo en forma de aumento de la inversión y resistencia de los resultados comerciales. El camino hacia la recuperación sigue siendo incierto, y se impone un optimismo prudente mientras Alemania navega por la compleja red de factores nacionales y mundiales que afectan a su salud económica.



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