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El riesgo de que una crisis bancaria afecte a la economía

Funcionarios de la Unión Europea se han reunido para hablar de los problemas pendientes de una emergencia bancaria provocada por la reciente inestabilidad financiera internacional, que tendrá un impacto aún más perjudicial en la economía que la crisis energética debida a las hostilidades de Rusia en Ucrania.

Las conversaciones de los jefes de la UE en Bruselas se produjeron tras el ruidoso cierre por parte de los reguladores estadounidenses de dos bancos de ese país, SVB y Silvergate, y la absorción del atribulado prestamista suizo Credit Suisse por su rival UBS.

Los acontecimientos a ambos lados del Atlántico reavivaron los recuerdos de la crisis financiera mundial de 2008 y la crisis de la deuda soberana de la Unión Europea que sacudió la moneda del euro.

La economía europea se ha debilitado desde que Rusia invadió Ucrania hace 13 meses, dejando a la UE luchando contra la recesión. La guerra alimentó la inflación al desplazar los antes abundantes suministros rusos de petróleo, gas y carbón, erosionando lentamente la confianza de consumidores y empresas.

La CE, brazo ejecutivo de la UE, prevé que el crecimiento económico del bloque de 27 países se ralentizará hasta el 0,82% en 2022, frente al 3,52% de 2021 y el 5,5% de 2020. La subida prevista al 1,7% el año que viene depende del voto. El sector bancario puede prestar a empresas y consumidores y ayudarles.

La Unión Europea se esfuerza por aplicar la normativa bancaria

Desde la crisis de la deuda del euro, la UE ha reforzado sus normas y reglamentos relativos a las instituciones financieras. Hasta ahora, no ha habido muchas esperanzas de que se extienda por toda Europa debido al rescate de Credit Suisse.

La eurozona sigue necesitando un centro común de gestión del seguro de depósitos, que se considera un mecanismo clave para hacer frente a la futura crisis bancaria europea. La inestabilidad entre las capitales nacionales sobre cómo compartir el riesgo ha dejado al bloque sin esta principal fuerza reguladora.

El Banco Central Europeo subió los tipos de interés desde sus mínimos históricos, lo que creó dificultades a los acreedores y encareció los préstamos a consumidores y empresas. El Banco Central Europeo intenta atajar el problema de la disparada inflación en la eurozona, que en febrero se registró en el 8,6%.



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