Día de la Victoria en Rusia

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Victory Day in Russia: From WWII Memory to Ukraine Conflict

Cada año, el 9 de mayo, Rusia celebra el Día de la Victoria, que conmemora la derrota histórica de la Alemania nazi en 1945. La festividad tiene un inmenso significado histórico y resuena con el legado de sacrificio de la pérdida de aproximadamente 27 millones de personas en la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. El 9 de mayo se celebra el Día de la Victoria en Rusia y la ex Unión Soviética, mientras que los aliados occidentales celebran el 8 de mayo el Día de la Victoria en Europa. La disparidad de fechas refleja la diferencia de zonas horarias cuando Alemania se rindió.

Sin embargo, este día de conmemoración ha evolucionado a lo largo de los años, particularmente bajo el liderazgo de Vladimir Putin. En las últimas décadas, se ha transformado en una herramienta estratégica dentro de la agenda política y militar del Kremlin. Esta transformación es sorprendentemente evidente en el contexto del actual conflicto en Ucrania, que Rusia denomina «Operación Militar Especial». Lo que alguna vez fue un día solemne de duelo colectivo y orgullo nacional se ha convertido ahora en un teatro político que proyecta las acciones de Rusia en el escenario mundial.

Exhibición de la Plaza Roja: los tanques históricos se encuentran con el poder moderno

En la mañana del 9 de mayo de 2024, la Plaza Roja de Moscú rugió con el estruendo del poder militar y el ferviente aplauso de miles de militares y asistentes. El desfile comenzó con una impresionante exhibición de equipo militar, incluido el venerable tanque T34 de la Segunda Guerra Mundial, que simboliza el legado histórico. Pero los equipos militares modernos, como los misiles balísticos intercontinentales RS-24 Yars y los vuelos de aviones de combate, demostraron el actual poder militar de Rusia.

El evento tiene un doble propósito: es un recordatorio de la histórica destreza militar de Rusia y una demostración de fuerza para el público nacional e internacional. Al combinar reliquias históricas como el tanque T34 con armamento moderno, Rusia subraya su continuo linaje de fuerza militar. Miles de militares uniformados marcharon por la Plaza Roja en ordenadas formaciones, en representación de varias unidades, incluidas las que actualmente sirven en Ucrania. El desfile concluyó con el himno «¡Por Rusia! ¡Por la victoria! ¡Hurra!» resonando por la plaza.

Discurso de Putin: Vincular los triunfos de la Segunda Guerra Mundial con el conflicto de Ucrania

Durante el desfile, Vladimir Putin pronunció un discurso que entrelazó las victorias pasadas de Rusia con sus actuales esfuerzos militares en Ucrania. Elaboró ​​cuidadosamente una narrativa que vinculaba los triunfos de la Segunda Guerra Mundial con la llamada «Operación Militar Especial». Declaraciones de Putin como «Quiero saludar a nuestros héroes, los participantes en la operación militar especial» y «Hoy, en el Día de la Victoria, somos más conscientes de ello», vinculan directamente el pasado y el presente.

Su retórica tenía como objetivo reforzar el orgullo nacional y justificar las actuales acciones militares de Rusia. Al enfatizar que las «fuerzas estratégicas» están «listas para el combate», Putin aseguró a su audiencia sobre la preparación militar de Rusia y envió una severa advertencia a Occidente. El grito de guerra: «¡Por Rusia! ¡Por la victoria! ¡Hurra!» invocó ecos de la Gran Guerra Patria y aprovechó emociones profundamente arraigadas de patriotismo y resiliencia.

De la Gran Guerra Patria a Ucrania: la continuidad narrativa de Rusia

Un aspecto significativo de la estrategia del Kremlin es la combinación de la Segunda Guerra Mundial con el conflicto en curso en Ucrania. El gobierno ruso establece paralelismos entre estos dos conflictos muy diferentes. Al hacerlo, se posiciona como una continuación de una lucha histórica contra la agresión y la injusticia percibidas. Específicamente, esta narrativa implica retratar el conflicto en Ucrania como una extensión de la lucha de Rusia contra el fascismo. Por lo tanto, encuadra al gobierno ucraniano y a sus aliados occidentales como fascistas modernos.

Además, el gobierno refuerza esta idea a través de discursos y propaganda. Estos combinan el heroísmo y los sacrificios de la Segunda Guerra Mundial con los requeridos en la «Operación Militar Especial». Por lo tanto, Rusia pretende galvanizar el apoyo público y situarse en el lado correcto de la historia. Esta narrativa también busca enmarcar a Rusia como una fortaleza sitiada que se enfrenta a amenazas externas, de manera muy similar a como lo hizo la Unión Soviética hace décadas.

Oleada nacionalista: el fervor ruso previo al día de la victoria

Oleada nacionalista: el fervor ruso previo al día de la victoria

Los quince días previos al Día de la Victoria mostraron un aumento del fervor nacionalista. Las ciudades de toda Rusia están adornadas con banderas gigantes y símbolos como la cinta de San Jorge, lo que refuerza el orgullo y la unidad nacionales. El sentimiento público, como lo demuestra el apoyo entusiasta observado durante el desfile del Día de la Victoria, refleja una respuesta nacionalista generalizada que el Kremlin busca evocar a través de tales exhibiciones. El fervor y el orgullo mostrados por los asistentes al desfile se alinean con el mensaje de fuerza e independencia del gobierno.

Los preparativos para el día incluyen la decoración de autobuses, camiones de basura e incluso tractores con motivos patrióticos. La visión de veteranos adornados con medallas paseando junto a columnas de vehículos militares y escuadrones de aviones de combate evoca orgullo y nostalgia. La cinta negra y naranja de San Jorge, tradicionalmente asociada con el Día de la Victoria, se ha convertido en un símbolo de patriotismo y lealtad al Estado ruso. Este período también ve exposiciones como «Trofeos», donde tanques de origen occidental y vehículos blindados capturados en Ucrania se exhiben como botín de guerra en el Parque de la Victoria de Moscú.

Postura occidental en el Día de la Victoria: 61 mil millones de dólares de ayuda y apoyo a Ucrania

Las naciones occidentales, que observan el desfile y los discursos de Putin, los ven no sólo como celebraciones de una victoria histórica. Más bien, los ven como mensajes directos en el teatro de la política global. Además, el apoyo sustancial de países como Estados Unidos y Gran Bretaña a Ucrania, incluida la ayuda militar y las sanciones, pone de relieve la creciente tensión entre Rusia y Occidente.

Por ejemplo, sólo Estados Unidos ha proporcionado 61.000 millones de dólares en ayuda. Además, Gran Bretaña ha permitido que Ucrania ataque a Rusia con armas británicas. Mientras tanto, Francia está considerando enviar tropas a Ucrania, lo que demuestra aún más la determinación occidental contra la agresión rusa. Estas acciones y reacciones crean una compleja red de dinámicas geopolíticas. Las narrativas hiladas en días como el Día de la Victoria influyen profundamente en esta dinámica.

Si bien Rusia proyecta una imagen de fortaleza y resiliencia, la realidad es totalmente diferente. Más de 3.000 tanques rusos se han perdido en Ucrania. Como resultado, Rusia se ve obligada a reacondicionar tanques viejos y a depender de vehículos blindados de menor calidad almacenados. Por otro lado, la ayuda occidental ha permitido a Ucrania mantener su impulso estratégico, a pesar de que Rusia controla el 18% del territorio ucraniano.

El papel del Día de la Victoria en la futura dinámica ruso-ucraniana

De cara al futuro, es probable que el papel del Día de la Victoria y conmemoraciones similares en el panorama político ruso sea aún más pronunciado. A medida que persiste el conflicto en Ucrania y aumentan las tensiones globales, Rusia podría seguir aprovechando estas conmemoraciones históricas para justificar acciones y conseguir el apoyo público. Las narrativas estratégicas de Putin probablemente se amplificarán a medida que continúe combinando victorias pasadas con desafíos presentes.

Sin embargo, aún está por verse la eficacia de esta estrategia a largo plazo. El prolongado conflicto en Ucrania y las crecientes sanciones occidentales probablemente pondrán a prueba la economía y la sociedad de Rusia. El sentimiento público puede cambiar a medida que la realidad de la guerra desgasta la paciencia pública y la tolerancia internacional. La dependencia del Kremlin de la memoria histórica puede perder su potencia si el público se cansa de un conflicto continuo.

Día de la Victoria: la espada de doble filo de Rusia en el teatro global

El Día de la Victoria en Rusia, si bien es una profunda festividad nacional arraigada en un genuino sacrificio histórico, sin lugar a dudas ha adquirido dimensiones de manipulación política. La combinación de conflictos pasados ​​y presentes sirve para fortalecer la autoridad interna de Putin. Además, fortalece la postura de Rusia en el escenario global.

Mientras el mundo observa, Rusia remodela activamente los ecos de la historia para satisfacer las necesidades de la narrativa política actual. Esta narrativa está profundamente entrelazada con los capítulos que se desarrollan en el conflicto de Ucrania. Además, es probable que el Día de la Victoria siga siendo una parte fundamental del teatro político de Rusia. El gobierno lo utilizará para manipular la percepción pública y la solidez del proyecto. La larga sombra de la historia, proyectada por el triunfo de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi, sigue desempeñando un papel fundamental en la configuración de las narrativas militares y políticas de la Rusia moderna. Sin embargo, las realidades de la guerra en Ucrania arrojan dudas sobre la exactitud de esas narrativas.

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